Empieza la Segunda Semana (X en Ghana)

Hagan (6to B)

Hoy es un día muy especial para mi ya que tengo que dar mis primeras clases completas. Aunque me las haya preparado, como ya dije, tengo algo de miedo. Parece que las cosas van bien aún así.  La materia que tengo que impartir es matemáticas y las primeras horas las tengo con los alumnos de Sexto B.

6to A

Mi tutor, Rapture, hoy se encuentra algo mal del estómago y por lo mismo me resulta menos inquietante la observación hecha por él. Consigo dar la clase sin apenas contratiempos, a excepción de que echo en falta algo más de vocabulario matemático en inglés. Como ya digo, las horas se desarrollan con normalidad y los alumnos captan los contenidos planteados por mi. Los objetivos para esta semana serán observables el miércoles, que es cuando les haremos un examen sobre los contenidos que les han enseñado en este nuevo tema. Esperemos que los resultados sean buenos por parte de los alumnos.

Las otras dos horas pasan de diferente manera. Mi tutor tiene que irse a casa porque el dolor de tripa puede con él y esto hace que deba enfrentarme a la clase completamente a solas, sin obervación directa alguna. Con este grupo tampoco pasan cosas malas ni extrañas. Después de mi explicación en la pizarra y de pedir la colaboración de los alumnos y alumnas para solventar dudas y practicar, les propongo unas actividades consiguiendo empatizar mucho más son el grupo al completo. La metodología que aplico no va más allá de pasar por las mesas y deternerme en los que presentan alguna dificultad, pero son mucho más agradecidos que los alumnos y alumnas de España.
He de decir que me deja buen sabor de boca y buenas sensaciones haber puesto en práctica mis conocimientos con los dos grupos en mis primeras cuatro horas como maestro en prácticas, aquí, en Ghana.
 
Por la tarde decidimos visitar a nuestra amiga la simpática, la que no para de reir en ningún momento (prometo preguntarle el nombre para la próxima ocasión). El bar se llama ENKASA SPOT,  que significa BE QUIET (ironías de la vida). Estamos poco más de dos horas y cuando volvemos a casa, cenamos, charlamos y nos disponemos a esperar a que llegue otro día emocionante por estas tierras. Antes de dormir, César y yo, tenemos las charlas de cada noche. Lo bueno es que podemos hablar casi de cualquier cosa, se agradece tener un compañero de cuarto con el que empatizo tan bien. Lo mejor es que siempre acabamos discutiendo o como digo yo, dando nuestros puntos de vista.