miércoles, 17 de octubre de 2012

Miércoles Triste y Adum (XII de Ghana)

Hoy es un dia algo triste para mi labor docente. Con esto quiero decir que, si bien recuerdan, hoy hemos hecho exámenes en ambos cursos de sexto. 
 Los resultados son bastante preocupantes ya que de 43 que hay de promedio en cada clase, solo han superado el control un 20% y eso da que pensar. Además de esto, mi tutor me comenta que hay algunos alumnos y alumnas que siempre han tenido algun tipo de dificultad y una de las cosas que le propongo es que, en vez de leer todos al unísono, donde se tapan las voces de aquellos que lo hacen mal,  como veran en el video.


Lo mejor debe ser que lo hagan de uno en uno y así poder observar cuáles son los verdaderos problemas y a quiénes pertenecen. Después de poner en práctica lo propuesto a mi tutor nos percatamos de algo inaudito, hay muchos niños y niñas que no saben leer inglés, en sexto. Para mayor sorpresa, cuando tienen Twi (su lengua), utiliza el mismo método y descubrimos que tampoco saben leer en su propio idioma, es algo preocupante y hace que piense mucho en como solucionar el problema. La verdad es que me deja bastante triste y es por eso que el titulo de esta entrada hace referencia a la tristeza.
Cuando terminan las clases mis sensaciones no son muy buenas y estoy algo decepcionado con todo lo que me ha pasado hoy. Aún así tenemos preparada una salida hacia la ciudad de Adum, donde quedamos con las chicas que están en la otra comunidad, Ana y Patri. Hemos quedado con Agustin, que nos guiará hasta allí. Para ir hacia donde hemos quedado cogemos un tro-tró (una especie de minibus), que va recogiendo a la gente por el camino, por el módico precio de 50 pesewas por persona. Tardamos en llegar al menos una hora aunque nos bajamos antes de llegar al sitio exacto donde están las chicas. Nos bajamos y nos disponemos a caminar para llegar al super donde habíamos quedado aunque tardamos otra media hora en llegar hasta allí.
Las impresiones que tengo de la ciudad no van más allá de lo que me esperaba. Eso si, descontrol de ciudad absoluto, comida de puestos rozando el suelo, las calles muy sucias, gente orinando a pie de calle, otros que van descalzados por medio de toda la suciedad, en fin, un caos. Aunque lo parezca, no me desagrada en demaía lo que veo, más bien me impresiona, pero no dejo de tomarlo como la experiencia que es. Cuando llegamos a donde están las chicas, nos esperan con uno de los Hermanos de su comunidad, Josh, un chico muy simpático con el que tengo la oportunidad de cruzar bastantes palabras mediante estamos tomando algo tod@s junt@s. En el pub donde estamos se está muy bien, pero lo que me impresiona (más bien me asquea), es una rata del tamaño de un gato que veo bajar desde la calzada hacia una alcantarilla. Es que con las ratas no puedo, me dan mucho asco y p
ánico. La quedada se nos hace corta hemos de volver a casa y tan solo hemos estado con las chicas unos escasos 45 minutos, pero más vale eso, que nada. Cuando volvemos al centro de la ciudad de Adum, Agustin pacta un buen precio con un taxista que nos llevará hasta la puerta de nuestra casa. 
Lo malo está por venir. El trayecto en un día y hora sin tráfico se recorre en unos 10 minutos. Tardamos en llegar cerca de 2 horas, un horror. El motivo es que nada más subirnos en el taxi comienza a caer una tormenta inimaginable, dentro de un taxi, con las ventanillas subidas y un calor flipante y agobiante, donde nos movemos un metro cada 4 minutos.

 Anotación: Ese es un pequeño fragmento de la ciudad de Adum, donde no se puede observar del todo lo que sentimos pero es que es una locura la manera de conducir que tienen aquí. Es como si tuvieran prisa por llegar a todos los lados, sin importarles quién está en medio.


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