viernes, 26 de octubre de 2012

Lo Bueno Se Hace Esperar (XXI en Ghana)

He tardado algo en escribir porque he pasado el fin de semana fuera, como ya adelanté en la entrada anterior. Espero que disfruten de mi fin de semana tanto como lo he hecho yo.

Comenzamos : Viernes 26 

Despertamos muy temprano, a las 4:30 a.m, para desayunar y ponernos rumbo a la estación de autobuses (guaguas).

 
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Interludio: Ayer por la tarde hicimos una colada de ropa con nuestros zapatos, los de Javi y los mios, y como llovió toda la tarde decidimos recoger tanto la ropa como los zapatos por la mañana del día siguiente. La sorpresa nuestra fue que los zapatos no estaban, ni aparecían por ningún lugar (me encargué de revisar todos los rincones de la casa con linterna).
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En la estación para ir hacia Takoradi
Llegamos a la estación donde están Patri y Ana esperándonos, compramos los tickets que nos llevarán hasta Takoradi y nos ponemos rumbo al sur del pais. La guagua está bastante bien puesto que es una normal y corriente pero con el calor africano constante. Hace algunas paradas de escasos minutos para si la gente tiene que comprar algo de beber o comer (los vendedores y vendedoras de bebidas y alimentos se acercan a la guagua y todo se hace a través de las ventanillas), puesto que el viaje tarda alrededor de unas cinco horas y media. El trayecto pasa sin que nos afecte demasiado y llegamos a la ciudad de Takoradi alrededor de las 13:00 pm. Lo próximo que haremos es coger una tro-tró que nos lleve hasta la ciudad de Beyin, que es donde está asentada la población de Nzulezo, sobre el Lago Amanzuri.


Pisamos Beyin sobre las 15:00 p.m y el chófer del tro-tró nos deja exactamente en la entrada que va hacia el restaurante de Pepe, el español del que les hablé en la entrada anterior.

Cuando vamos y lo conocemos nos emocionamos mucho, tanto por el restaurante que ha hecho y lleva funcionando desde hace seis meses, como por lo impresionante del lugar en el que estamos. Antes de que nos haga la cena, una paella, vamos Nayra y yo a ver el hotel que nos propone Pepe para dormir esa noche antes de ir hacia el Lago de Amanzuri. El hotel está a unos veinte minutos caminando y nos acompaña Albert, uno de los camareros que trabaja en el restaurante.
Con Pepe



Camino a Nzulezo
Al ver las intalaciones del hotel, nos quedamos fascinados  pero también nos fascinan los precios. Volvemos al restaurante y le decimos a Pepe que no nos podemos permitir dormir en ese hotel y nos dice que no nos preocupemos, que ha llamado Daniel, el hijo del jefe de la tribu de Nzulezo, y ha dicho que podemos quedarnos a dormir en el poblado. Lo “malo“ es que nos vendrán a recoger sobre las 20:00 p.m, lo que supone que iremos en canoa a la población en plena noche.
Paella Pepe (prefiero la de mi padre

Disfrutamos de la cena y esperamos a que vengan a recogernos hablando de nuestras impresiones del viaje hasta alli. También aprovechamos para comentar con Pepe cosas acerca de su estancia en el pais y en la población del Lago Amanzuri. Nos dice que pretende volver a España en dos años, aunque la verdad es que se siente muy bien en este ambiente.
Conocemos a Daniel, que nos llevará en canoa a Nzulezo (población de casas flotantes) y nos disponemos a comenzar el viaje que nos llevará hasta allí.
Lo que siento mientras estamos yendo hacia el poblado es indescriptible, es la mejor de las experiencias que he tenido hasta el momento y como bien digo no puedo explicarla con palabras. Lo único que puedo intentar es hacer una pequeña anotación para que ustedes comprendan un poco: ir en canoa por un lago donde no ves sino la de la luz de la luna que te acompaña, probablemente rodeado de cocodrilos y serpientes de agua, sin saber muy bien a donde está el final del trayecto y dejando atrás cada vez más lejos tierra firme. A pesar de todas las emociones que sentí, el miedo no fue ninguna de ellas. La compañía ayudaba a no temer aunque fuera consciente de que nos podía pasar cualquier cosa.



Apetisser
Llegamos al poblado de Daniel, donde nos esperan las habitaciones flotantes en una Guest House flotante también. El recibimiento en el poblado es bestial, sobre todo por parte de los niños y niñas en el bar del hijo del jefe de la tribu. Lo primero que nos dan a probar es el Apetisser, o algo así, bebida de sabor extraño que se extrae de las las palmeras en las destilerías de los manglares del Lago.  

Daniel nos propone un recorrido por el poblado, que no es muy grande en extensión aunque si en población, 450 personas. Nos dice que la población se ha visto incrementada al menos el doble en los últimos años. A pesar de que nos enseñen el poblado no podemos apreciar muy bien todas las cosas, ya que es de noche.

Nos vamos a dormir pronto porque, además de que estamos reventados por el viaje, mañana nos espera otro día agotador. Lo primero que haremos nada más levantarnos será visitar los manglares y las destiladeras de vino de palma.


 La felicidad es la certeza de no sentirse perdido---Jorge Bucay

3 comentarios:

  1. Que finde tan emicionante ruben...!!!toda una aventura que suerte tienes jodio...jejjeje.Disfruta a tope...un besote.

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  2. ¡HOLA,RUBEN!Soy Ana,la madre de Ana Roco.Tengo que felicitarte por tu trabajo y agradecerte este blog,porque nos hace disfrutarlo con vosotros.GRACIAS,MUCHOS BESOS PARA TODOS.

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  3. Uff Ruben que emoción todo la verdad que es un desfase todo y sobre todo ustedes si que tienen aguante me encanta todoooooo

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